CIMa traduce cómo se transmiten las predicciones generales de la economía de Madrid a cada local comercial en concreto, sabiendo el valor futuro de cada inversión y su rentabilidad real neta futura, y es un cuadro de mando para negociar los arrendamientos de forma distinta, según el objetivo del inversor o del arrendatario, a quién le permite saber la tendencia de evolución de sus ventas en cada local.
A un inversor no solo le interesa saber la rentabilidad teórica de partida de una inversión, sino sobre todo cuál será la rentabilidad real final de cada inversión, ya que el 90% de los contratos de arrendamiento no cumplen la totalidad del plazo pactado.
Al arrendatario le interesa saber, no solo la tasa de esfuerzo del arrendamiento sobre las ventas en el punto de partida, sino cuál será la evolución de las ventas a 15 años y su tasa de esfuerzo real final.